Milán es la capital de la Lombardía, la región italiana con más altos ingresos del país. Es conocida por ser una de las grandes capitales de la moda, pero sus atractivos turísticos no se limitan a este aspecto. Es cierto que, en comparación con otras ciudades italianas, Milán no se destaca. Sin embargo, la creencia popular de que “no hay nada que ver” no hace justicia a las bellezas de la ciudad. Como en toda ciudad italiana, hay parques, tiendas, restaurantes para degustar las maravillas de la dieta mediterránea. Seguramente, incluso una visita veloz de un par de días será suficiente para disfrutar de sus atractivos. Veamos juntos cuáles son los que definitivamente no se pueden dejar de ver.
Otra de las ventajas de Milán es lo bien conectada que está a través de servicios de trenes, autobuses y ds aeropuertos que la conectan con el resto del mundo. El aeropuerto de Malpensa cuenta con un mayor número de conexiones, pero el aeropuerto de Bérgamo también es cercano y se pueden encontrar muy buenas ofertas.
El Duomo de Milán y sus alrededores
La Catedral de Milán, o Duomo en italiano, es una maravillosa obra de arte gótico. Tras el altar se encuentra uno de los clavos de la cruz de Cristo. En su interior es posible admirar estatuas, vitrales y altares de una alta calidad artística. Además, se puede visitar la Cripta y los restos arqueológicos de distintas edificaciones que antes se encontraban en la posición que ocupa la Catedral hoy en día. Subir a las terrazas de la Catedral brindará a los turistas una hermosa vista panorámica de la ciudad.
Además, en los alrededores de la Piazza Duomo, se encuentran otros sitios emblemáticos de la ciudad. Este es el caso de la Galería Vittorio Emanuele II, por ejemplo. Una galería en forma de cruz con cúpula de cristal que une Piazza Duomo con Piazza La Scala. Entrar no tiene pérdida, pues es un lugar elegante y hermoso de admirar. Y al salir al otro lado, las personas se encuentran frente al Teatro La Scala, uno de los teatros de ópera más importantes del mundo.
Otros sitios de interés
Quienes visitan Milán deben saber que se trata de una gran ciudad, por lo que es prevalentemente urbana. Sin embargo, para quienes sientan la nostalgia del verde y de relajarse al aire libre, está el Parque Sempione. Este parque posee incluso un lago artificial y el Arco della Pace, otro de los monumentos característicos de la ciudad. Los amantes del arte encontrarán en Milán joyas como “La última cena” de Da Vinci, en la iglesia Santa Maria delle Grazie. O las colecciones de arte del Castello Sforzesco, una hermosa fortaleza que data de 1368 y que pertenecía a la familia Sforza, una de las más potentes de la historia de Milán. Y, para terminar la tarde, con un buen aperitivo o un paseo tranquilo, los turistas pueden dirigirse a los Navigli, un barrio muy popular con muchos locales juveniles y restaurantes para todos los gustos.