Melilla es, junto a Ceuta, una de las dos ciudades autónomas que forman parte del territorio español. Sin embargo, su ubicación geográfica, en el norte de África, a 170 kilómetros de Adra, el punto más cercano entre la ciudad y la Península Ibérica, hace que a veces nos olvidemos de ella.

A menudo se piensa en Ceuta y Melilla como si fueran en un ‘pack’, cuando la realidad es que hay cerca de 400 kilómetros entre ambas ciudades y que cada una de ellas tiene su propio encanto y personalidad.

Melilla es la que está más alejada de la península, quizás por eso esté todavía más olvidada. A partir de ahora, sin embargo, es más fácil (y económico) llegar a ella. Desde el pasado verano se ha puesto en marcha una iniciativa con la que se espera atraer a visitantes de toda Europa, sean nacionales o internacionales.

La fórmula para que el acceso a Melilla no sea una excusa para los turistas, es clásica: bonos de transporte. Normalmente, la estrategía de los bonos de todo tipo está establecida en muchos comercios desde supermercados, centros comerciales o casas de apuestas. Algunos de estos son un “vale por” que no cuestan nada, otros nos ofrecen crédito extra, y otros son descuentos, bien por comprar una mayor cantidad del producto o por hacerlo a través de promociones especiales, como ocurre con la popular “Fiesta del Cine”.

En el caso de los bonos para viajar a Melilla, se ha optado por esta última opción. No es que haya que comprarlos en determinada fecha, sino a través de la web específica que ofrece estas promociones. Para 2019, se han puesto a la venta un total de 50.000 bonos para no residentes, gracias a los cuales se pueden adquirir billetes de barco por unos 20€ y de avión por unos 50€.

La ciudad de Melilla cuenta con conexiones aéreas desde Madrid, Málaga, Almería, Granada o Sevilla, y se puede ir en barco desde las ciudades de Almería y Málaga, y desde este año también desde Motril, en la provincia de Granada.

Aunque el origen de la ciudad está en los comerciantes fenicios que se establecieron allí en el siglo VII a. C., su nacimiento, tal y como la conocemos hoy en día, fue la construcción de una fortaleza arropada por el Monte Gurugú y el Mar de Alborán. En plena región montañosa del Rif, Melilla tiene mar y montaña. Pero, además, su rica historia y su mezcla de culturas hace que sea un destino obligado para los amantes de la arquitectura, la gastronomía o el arte.

Melilla la Vieja

En apenas 12 km², la ciudad de Melilla es un muestrario de la mezcla de siglos de convivencia entre varias culturas. Así, a nivel arquitectónico podemos disfrutar de una de las mayores fortalezas que hay en España, Melilla La Vieja, admirar el estilo neoárabe de su Mezquita Central o el de otros de los edificios que adornan el Ensanche de Melilla (Melilla La Nueva), entre los que hay algunas de las mejores muestras del modernismo español. El Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla está considerado Bien de Interés Cultural.

El Casino Español, el Parque Hernández o el Cementerio Municipal de la Purísima Concepción también son otros de los puntos de interés de la ciudad por su valor arquitectónico e histórico.

Panteón de los Héroes

La mezcla y la convivencia que caracterizan a la ciudad de Melilla también están presentes en su rica gastronomía. La cocina meliense se caracteriza por reunir las tradiciones de cristianos, judíos, musulmanes y también hindúes. Cada cultura aporta algo diferente, pero siempre con un denominador común: la excelente materia prima, sobre todo en cuanto a pescado y marisco.

Melilla siempre ha vivido de cara al mar, forma parte de la esencia de la ciudad. Así que, a su riqueza cultural, representada por sus gentes, edificios y múltiples museos, se une la riqueza natural. Hay un gran número de playas, como la de los Cárabos o la de la zona de la Alcazaba, y también formaciones rocosas peculiares, como las Cuevas del Conventico, que sirvieron de refugio a los antepasados de la ciudad en los tiempos difíciles.

En definitiva, Melilla es pequeña y nos puede parecer lejana, pero es grande en todo lo que tiene que ofrecer y ahora, con los descuentos que nos ayudan a ahorrar, está mucho más cerca de lo que pensamos.

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