Los estores día y noche se llaman así porque son una forma perfecta de regular la luminosidad a lo largo de toda la jornada. Consisten en franjas horizontales opacas y traslúcidas que se intercalan entre sí a todo lo largo, de manera que se crea un patrón útil para regular la entrada de luz solar.

La idea es ajustar el estor para que las franjas se superpongan para bloquear el sol o dejarlas alternas y que se ilumine la estancia sin sacrificar la privacidad del espacio interior. Se llaman estores día y noche porque funcionan en cualquier momento: deja las bandas opacas unas sobre otras para ocultar el sol o deja las traslúcidas a la vista y que pase la luz.

Otros estores enrollables

Existen algunas opciones similares a los estores día y noche. Cumplen su función basándose también en el sistema enrollable, aunque con enfoques diferentes. Mientras los esto día y noche son bastante buenos en todos los casos, los otros tipos de estores tienen sus puntos fuertes también.

Lo más importante es buscar el estor de acuerdo al ambiente que se quiera crear en la estancia, y encargarlo a medida. En esta tienda online puedes ver varios modelos para elegir.

Traslúcidos: una estética bastante funcional

Son una opción económica para vestir las ventanas. Están fabricados en su mayoría por poliéster para tamizar la luz que los atraviesa. Pasará mayor o menor luminosidad, dependiendo principalmente del color del estor. Además, mantienen constantemente la privacidad porque no son transparentes.

Estos estores son interesantes como artículo de decoración para las ventanas por el añadido de evitar la luz directa cuando se desenrollan. Es un sistema integral y bonito, pero no tan eficiente como el de los estores día y noche: el tamizado está demasiado relacionado con el color, y no tiene otra forma de regulación.

En comparación con los estores día y noche, se trata de una opción bonita y aislante porque no deja ver desde afuera, pero quizás algo limitada.

Opacos: privacidad con menos iluminación

Su mayor virtud es la privacidad que ofrecen. Son perfectos para estancias en las que se necesita bloquear la luz casi por completo o aislar la estancia. Son ideales para lugares como oficinas o dormitorios, en los que se vuelve imprescindible aislar la habitación del exterior sin cerrarla.

Su regulación de la iluminación se basa únicamente en qué tan bajo se deja el estor con el sistema para enrollarlo. Es interesante para crear ambientes privados y que se iluminan desde la parte de abajo, sin realmente aislarlos del entorno.

Es un mecanismo sencillo y eficaz. Se limita a evitar que pase la luz del sol, sino únicamente por la parte de abajo de la ventana si se levanta el estor. Es muy útil, aunque podría separar el exterior y la estancia más de lo deseado porque no hay un punto intermedio.

Screen: luz natural sin tanto calor

Los estores screen son de los más completos que existen a día de hoy. Pertenecen al grupo de los estores enrollables por su mecanismo basado en un tubo donde se guarda el mecanismo para subirlo. De esta forma, el usuario es capaz de regular la entrada de luz en cualquier momento y con facilidad.

Lo característico de estos estores es su tejido screen. Es un buen administrador de iluminación y temperatura porque no se calienta, a pesar de dejar pasar la luz. Esto permite que la habitación se ilumine sin llegar a aumentar la temperatura.

A diferencia de los estores día y noche, este tipo deja una visibilidad total desde y hacia el exterior. Podría ser una ventaja en cuanto a mejorar el ambiente, pero la falta de privacidad es evidente.

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