Existen diferentes modalidades de indemnización en función del tipo de accidente que se haya dado, así como las lesiones que se han ocasionado a la víctima, pudiendo ser leves o graves y, en los peores casos, el fallecimiento.
Según los datos que ofrece la Dirección General de Tráfico, en la actualidad, los accidentes de tráfico son la principal causa de lesiones graves o incluso la muerte. En este sentido, a medida que pasa el tiempo, estas situaciones van en aumento, ascendiendo de esta forma el número de víctimas, mortales o no.
Es importante mencionar que sufrir un accidente es más frecuente de lo que parece y, aunque los choques fortuitos y leves se arreglan rápidamente entre las dos partes a través de los seguros que correspondan, en otras ocasiones, la situación puede ser de mayor gravedad y es ahí donde hay que acudir a profesionales expertos para que medie. En este sentido, los abogados accidentes Barcelona son de los mejores del país, sabiendo que suelen tener muy buenas reseñas y numerosos casos de éxito a sus espaldas, sobre todo, a la hora de realizar reclamaciones cuando ocurre un atropello. Además, estos bufetes suelen ofrecer visitas y consultas gratuitas, sabiendo que solo cobran sus honorarios cuando ganan.
En el caso de sufrir un accidente, es importante conocer cuál es el procedimiento y acudir a estos expertos para llevar a cabo todo el proceso, de esta forma, se podrá reclamar la indemnización que corresponda en cada caso.
¿Cuáles son los tipos de indemnizaciones que existen?
Las diferentes indemnizaciones que existen en la actualidad con respecto a los accidentes de tráfico están reguladas a partir de la Ley 35/2015 del 22 de septiembre, la cual, establece la valoración de los daños y perjuicios que se hayan podido ocasionar por un accidente de circulación. En este sentido, se establecen principalmente tres tipos, en función de esos daños.
Fallecimiento
La indemnización por accidente de trafico que suponga el fallecimiento de una o varias personas, es una de las más elevadas que existen, debido a que es la situación de mayor gravedad. En estos casos, para calcular la cuantía total de dicha indemnización, hay que analizar numerosos factores como, por ejemplo, el perjuicio patrimonial o los gastos que se derivan del fallecimiento, tanto los generales como los específicos. En estos se pueden incluir el entierro, el funeral, el traslado o incluso la repatriación.
Lesiones permanentes
Se entienden como tales a aquellos daños que se han sufrido tras el accidente y que suponen que la persona afectada quede discapacitada para siempre, es decir, que necesite de ayudas para realizar tareas básicas de la vida cotidiana y que no cuente con la autonomía personal suficiente. Aquí se indemnizan tanto los daños y perjuicios causados por el accidente, hasta todos los gastos derivados de la asistencia sanitaria.
Lesiones temporales
El proceso de reclamación de indemnizaciones por lesiones temporales es el más complejo, ya que a su vez, se divide en tres apartados claramente diferenciados. En este sentido, hay que hablar primero del perjuicio personal básico, que se centra en todo el tiempo en el que la persona se encuentra con la lesión, contando desde que sufre el accidente hasta la curación.
Por otro lado, está el perjuicio personal particular, con el cual, se intenta compensar la parte moral que sufre la víctima, debido a las lesiones causadas por el accidente. Aquí se suelen distinguir tres grados. El moderado, el grave y el muy grave.
Finalmente, la tercera categoría es la que corresponde al perjuicio patrimonial. Aquí también se hacen dos distinciones. Por un lado, está lo que se denomina daño emergente, es decir, todo lo que conlleva a gastos de asistencia sanitaria y similares. Y por otro lado está el daño de lucro cesante, en este caso, se analiza la pérdida de ganancia que ha sufrido la víctima en cuestión. En este último caso se valora tanto los ingresos netos de la víctima como el trabajo que no se ha remunerado, la pérdida de capacidad para trabajar o las tareas del hogar.