La preocupación por un mundo más sostenible ha marcado la dirección de muchas políticas y líneas de investigación vigentes en la actualidad. Desde cómo administrar los recursos naturales, hasta métodos innovadores para hacerlos disponibles para el consumo. Si se toma el ejemplo del agua, por citar un caso, la continua búsqueda de tecnologías para desalinizarla siempre gana más terreno. Sin embargo, para saber si todos los esfuerzos están dando algún resultado o, mejor aún, para saber realmente cuál es el panorama actual y así tomar acciones, es importante establecer algún sistema de medida.
La huella de carbono es una de estas medidas de impacto ambiental. Es un concepto que engloba todos los gases invernaderos emitidos, directa o indirectamente, por un sujeto. Este sujeto puede ser un individuo, una organización o un producto. Se calcula de acuerdo a normativas internacionales reconocidas como la ISO 14064 y la unidad de medida es la masa de CO2 equivalente.
Huella de carbono a nivel organizacional
Fuera de la esfera personal, se habla de la huella de carbono de una organización. Para ello, se genera un inventario de las emisiones de gases invernaderos en un período determinado, siguiendo las normativas internacionales. Otro caso que se desliga del impacto ambiental personal es la huella de carbono de un producto, para el cual se toman en cuenta las emisiones de todo el Ciclo de Vida del producto o servicio.
En este caso, la huella de carbono está sujeta a auditoría por parte de autoridades competentes de cada región o país. Por ejemplo, en España existe el Registro Público de Huella de Carbono desde el 2014 gestionado por la Oficina Española de Cambio Climático.
Huella de carbono personal
A nivel personal, desde 2007 gracias a una iniciativa de la ADEME y la Clima Futures Association, es posible que cada individuo evalúe su propio impacto ambiental con precisión. La calculadora en línea toma en cuenta todo, desde las compras de artículos de uso personal hasta el consumo de alimentos y las actividades diarias.
El usuario simplemente debe completar un cuestionario de cuatro partes: alojamiento, que considera los consumos de energía eléctrica y gas; transporte, para movilizarse a diario y también en viajes más extensos; alimentación, considera incluso el metano consumido por los animales que son criados para el consumo de carne; y otros consumos: uso de dispositivos personales, por ejemplo.
Limitaciones
La calculadora de la huella de carbono personal aún es una herramienta limitada, que se basa en extrapolaciones hechas con base en valores promedios. Tiene mucho espacio de mejora para el futuro, por lo que su utilidad para tomar acciones individuales para reducir el propio impacto ambiental todavía es discutida. Sin embargo, permite que el usuario identifique, aunque aproximadamente, donde está la mayor cantidad de emisiones que produce. De este modo, el usuario puede darse cuenta del impacto positivo que puede tener la regla de las tres R de la sostenibilidad: reducir, reutilizar y reciclar; o de compartir el automóvil con los colegas, por ejemplo.