Cada vez son más las personas que se conciencian acerca de la necesidad de cuidar el medio ambiente. Una de las mejores formas es, sin duda, la reducción del consumo no solo de aquellos productos que adquirimos a diario, sino también de recursos como el agua o la electricidad. A este respecto, una de las mejores formas de ahorrar en la vivienda es usando un lavavajillas eficiente. En este artículo haremos un repaso por algunas de las consideraciones que debes tener en cuenta para poder reducir el consumo de agua y electricidad echando mano del lavavajillas.
Comprar un modelo eficiente
El primer paso para poder empezar a ahorrar es comprar un modelo que tenga una buena valoración en cuanto a la eficiencia energética. Actualmente todos los electrodomésticos de estas características deben incluir información referente al consumo. En algunos casos los modelos más eficientes son algo más caros, a la larga, el ahorro compensará la diferencia.
Incorporarlo a nuestros hábitos
Instalar un lavavajillas no tiene porqué ser un gran trastorno para la distribución de la cocina. Hoy en día existe en el mercado una gran cantidad de lavavajillas integrables que permitirán una inclusión cómoda y, sobre todo, estética.
Por otro lado, antes de adquirir el lavavajillas es recomendable estudiar los hábitos de consumo de los usuarios de la vivienda. Si al día se manchan muchos platos, vasos y ollas, será recomendable adquirir un modelo de gran capacidad. No obstante, si por lo contrario apenas usamos este tipo de utensilios, será suficiente con la adquisición de un lavavajillas pequeño.
Activarlo cuando esté lleno
Uno de los errores más comunes que impiden el ahorro cuando se usa un lavavajillas es el hecho de activarlo cuando no está completamente lleno. De esta manera, estamos desaprovechando el gasto eléctrico y de agua, ya que los platos que lavamos son pocos.
Una buena manera de evitar este tipo de problemas es evitando programarlo al finalizar cada comida. Si tenemos miedo de que la suciedad se quede incrustada durante el tiempo que puedan permanecer los platos sin lavar, una recomendación es activar un aclarado corto después de cada comida. De esta manera, el programa posterior limpiará por completo el contenido del lavavajillas.
Mantener en buenas condiciones el electrodoméstico
Aunque se trata de aparatos eficientes y que suelen dar buenos resultados, es posible que la calidad del funcionamiento empeore con el paso del tiempo. Esto se debe a la acumulación de cal y suciedad en el electrodoméstico. Como consecuencia, es posible que algunos platos aparezcan sin limpiar correctamente y nos vemos obligados a volver a programar otro lavado.
Esto hace que el consumo sea doble. Para evitar este tipo de situaciones basta con seguir las recomendaciones de cada fabricante y limpiar de vez en cuando el lavavajillas. En el mercado existen distintos productos que nos ayudarán con esta tarea.
Colocar correctamente los utensilios
Finalmente, otro de los errores más comunes es la mala colocación de los utensilios. A menudo se superponen las ollas y otro tipo de recipientes de forma errónea y el agua no puede llegar a su interior. Prestar atención a estos detalles nos asegurará unos buenos resultados al acabar el lavado.